El pasado 13 de octubre, UAGN presentó un modelo sostenible de rotación de herbáceos en Navarra. La organización agraria, coordinadora de este proyecto piloto, detalló la idea junto con el Instituto de Agrobiotecnología (IdAB-CSIC) y la Cooperativa Figueras, colaboradores de la propuesta
El cultivo de la soja se ha hecho un hueco en la Comunidad Foral, a través de la iniciativa, liderada por UAGN, Soja Innova. Se trata de un proyecto que busca la reducir la huella de carbono en la producción de proteína vegetal al incluir esta planta como segundo cultivo en un sistema de rotación de herbáceos en Navarra. Concretamente, en Tudela, donde asimismo tuvo lugar la Jornada de presentación de este proyecto, el pasado 13 de octubre; y donde también ya se monitoriza el proceso.
De hecho, ése es, precisamente, el segundo fin de Soja Innova: obtener información, con el seguimiento de este tipo de cosecha mediante herramientas de medición que aportan datos cuantificables, para estructurar y establecer un procedimiento de agricultura, cuya efectividad quede demostrada y permita la transferencia del conocimiento aplicado al sector agrario. “Haremos los análisis correspondientes para ver cómo se ha comportado el suelo a nivel de nutrientes, cómo se ha comportado el cultivo, cuál ha sido la producción que hemos obtenido con las formas en las que hemos sembrado, con distintas densidades y diferentes variedades. Lo haremos y lo veremos en campo, a continuación”, contaba Iñaki Mendióroz, director del área de Sectores, Innovación y Proyectos de UAGN, en el evento de presentación de Soja Innova. “En definitiva, la idea es optimizar la incorporación de la soja, por sus beneficios como fijador de nitrógeno, porque aporta nutrientes al suelo para que podamos notar en el siguiente cultivo mejorías en la producción y en la reducción del uso de fertilizantes (…), el objetivo finalmente es que hagamos una optimización de los costes”, aclaraba después.
Ahorro en gastos y adaptarse a la nueva PAC, tal y como exponía Mendióroz, seguidamente, en la ponencia ‘Impacto del proyecto en la rotación de cultivos y la gestión de los eco-regímenes de la PAC 2023 en regadío’. “El objetivo es ver que la soja puede valer como cultivo en este esquema de rotación; y que además podamos incluir [este sistema innovador] en la PAC del año que viene como elemento acorde a lo que nos están pidiendo los eco-regímenes y, de esta manera, por lo tanto, poder acceder a la Ayuda que nos corresponda”, expresaba, quien hacía hincapié en lo económico del proceso al añadir, en referencia a los equipamientos: “Son herramientas muy sencillas y accesibles, que prácticamente no tienen coste añadido”.
Tecnología que hubo oportunidad de testar sobre terreno, ya que tal y como se anunciaba, en la cita también se desarrolló en una visita a campo, donde Víctor Martínez, presidente de Cooperativa Figueras; Iker Aranjuelo, jefe del Departamento de Biotecnología Vegetal IdAB-CSCI; y Jesús Zapatería, de Hydrotecna S.L., tomaban el testigo para mostrar in situ la propuesta. “Vamos a centrarnos en el suelo, es decir, en desarrollar un método que nos permita, haciendo un disparo entre comillas al suelo, que el ordenador nos diga cuánta materia orgánica tenemos. Luego, potencialmente podemos pensar incluso el nivel de composición mineral; es más difícil, pero lo vamos a probar. Y luego otra cosa es analizar en el cultivo, con el mismo disparo, analizar la superficie verde, si es posible parámetros relacionados con la asimilación de CO2 de las plantas; y todo eso de forma rápida, en campo. Después, otra opción es, con este equipo, ya en laboratorio, a partir de las muestras que tomamos, hacer un análisis más fino. Potencialmente, podríamos llegar a predecir incluso los genes, proteínas concretas relacionadas con mayor producción… y la idea de todo esto es correlacionarlo con todos los parámetros agronómicos, fisiológicos y moleculares, que sean interesantes”, explicaba Aranjuelo. “Son equipos de medida muy rápida, porque cualquier análisis lleva tiempo y dinero (…) la idea es desarrollar un equipo que nos permita hacer esto de forma rápida porque aquí no gastamos ningún fungible, el único gasto más allá del equipo es la electricidad y el trabajo duro es el previo de puesta a punto”, matizaba.
El proyecto fue iniciado en julio de 2022 con vistas a finalizar en diciembre de 2023. “No tenemos resultados hasta que no se recolecte, sí que hemos llevado un control de lo que son las nacencias y el comportamiento de vigorosidad de la planta en cuanto a cómo se ha desarrollado a lo largo de toda la campaña”, comentaba Víctor Martínez, en las parcelas, antes de pasar al aperitivo que cerró la Jornada.
Los socios del proyecto son Unión Agricultores y Ganaderos de Navarra (UAGN), Instituto de Agrobiotecnología (IdAB-CSIC), Cooperativa Figueras. El proyecto se enmarca en el Programa de Desarrollo Rural de Navarra 2014-2020 y ha recibido una ayuda pública total de 109.630,85 euros (90% de intensidad de ayuda) cofinanciada al 100% por los fondos de recuperación EURI (Next Generation) incluidos en el PDR de Navarra 2014-2020 (FEADER).
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